Y
aquí estoy, juntando las ganas de verte que ya son tantas que se me desbordan
por los dedos de todas las manos que son los poros de mi piel que te reclama. Juntando mis
sueños para regalártelos porque teniéndote a ti para qué los querría. Juntando
la lluvia entre mis manos para refrescarte y prendiéndoles fuego a mis palabras
para iluminarte con ellas.
Juntando
las ganas de tocar tus ojos con los ojos míos y de extraviar mi palabra en el
laberinto de tu oído. De guardar el aroma fresco de tus negrísimos chinos, que
son mi escalera al cielo y de escuchar tu voz seductora de sirena.
Y
aquí estoy soplándole a una nube que me obstruye la luna y a veces soplándole a
la luna que me ciega las estrellas de Orión, esas que penden de tu cuello, de
tu boca, y que me mueven al beso más erótico.
Y
aquí estoy, mirando impávido cómo muere la ciudad en medio de la noche,
embriagada de gente sin identidad que se busca entre sus calles inundadas de
alcohol, plena de ojeras.
Juntando
las ganas de sudar contigo con esa danza que no requiere más música que el acelerado
batir de nuestros corazones en su roja oscuridad, mientras tú te resistes al
encuentro, refugiada en la grieta que se abre entre nosotros y los monstruos del miedo y la
inseguridad.
Y
aquí estoy buscando en mi pastillero entre las píldoras que me hacen dormir, o
me hacen reír o llorar o me mantienen despierto o me vuelven invisible, gigante
o pequeño, las que me hacen olvidar para darle un descanso a mi mente, pero ya se
han agotado…
Y
aquí estoy preparando el abrazo fuerte y la sonrisa única que es sólo tuya, ejerciendo
la perseverancia para alcanzarte, salvaguardando la caricia que he reservado
sólo para estrenarla en ti.
Juntando
las ganas de escucharte decir algo que anhelo, aunque me mientas. Juntando las
horas de insomnio que se llaman tú y tienen tu rostro grabado en cada segundo.
Juntando las ganas de ti para entregártelas todas junto con este reloj que
contiene el resto de mi tiempo, para ver qué harás con ellas y qué harás con
él…
Y
aquí estoy juntando ideas para hacer locuras junto contigo, esculpiendo tu
imagen en la niebla de la imaginación, en mil y un escenarios, todos ellos
posibles; alimentando tu presencia con cafeína. Conjurándote con versos cada
noche hasta el alba. Acumulando los deseos más variopintos a los que me mueve la
profundidad del pensamiento al evocarte.
Y
aquí estoy, recorriendo límites, ampliándolos, eliminándolos. Acariciando el
hueco que dejó tu cabello en mi mano desde esa la última vez que lo contuvo.
Escribiéndote a diario para reconstruirte y evitar que la herrumbre del olvido
te difumine con el desgaste del paso de un par de turbias manecillas al recorrer una y otra vez el mismo camino. Aquí
estoy, acostumbrándome a desear lo imposible.
Que hermoso!
ResponderBorrarQue añoranza!....
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