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23 de octubre de 2014

YO NO SOY AYOTZINAPA

Yo no soy Ayotzinapa, ni 132, ni tengo filiación política con ningún partido, ONG, A.C., S.C., ni nada por el estilo. Soy un librepensador que se atiene a las consecuencias por ejercer el derecho y el privilegio de pensar por cuenta propia y expresar sus ideas.

Ciertamente me indigna el hecho de que en una nación donde debería privar el estado de derecho y garantizarse la seguridad de todos y cada uno de sus habitantes, aún se cometan crímenes que queden impunes, y me sumo al clamor generalizado de justicia. Fuera de eso, no meto las manos al fuego por 43 personas a quienes jamás he visto en la vida y  cuya trayectoria no conozco en lo más mínimo, pues, vamos, ni siquiera me consta que hayan sido estudiantes, dado que para mí ser estudiante es mucho más que estar matriculado en una institución educativa. Así las cosas y con todo lo que ignoramos de estos presuntos estudiantes, los victimizamos, convertimos en mártires, casi héroes futuros de la educación, pues hasta el momento todo lo que he encontrado en medios de comunicación y redes sociales (tal vez no me he acercado a las fuentes correctas), los hace candidatos al premio al estudiante del año y, por qué no, incluso a la canonización. Es decir como si no fueran humanos o hubieran escapado del mundo feliz de Aldous Huxley.

No tengo intenciones de herir susceptibilidades ni de entablar discusiones virtuales, sino únicamente de sumarme a lo que todas aquellas personas hacen al inundar las redes sociales, blogs, chats y demás foros públicos con fotos, consignas y demás publicaciones respecto de lo ocurrido con los normalistas de Ayotzinapa: ejercer mi libertad de expresión.

Desde mi perspectiva, tanto en el caso de Ayotzinapa como en cualquier otro, tomar partido de manera radical sin contar con toda la información necesaria para ello me parece algo muy peligroso, así como hacer caso de la voz de terceros por el simple hecho de que son “líderes” en algún ámbito de la sociedad, pues aun cuando sin duda entre ellos existen personas sumamente valiosas y comprometidas con las más diversas causas sociales, también pululan aquellas que sólo jalan agua para su molino o gustan simplemente de brillar bajo los reflectores.

En ese sentido me pregunto: ¿Dónde está el espíritu crítico de quienes se dan vuelo haciendo revolución virtual y convocando a paros, movilizaciones y marchas? ¿Dónde la reflexión? ¿Dónde la imparcialidad? ¿Dónde la información fidedigna? ¿A quién benefician estas movilizaciones y paros?, porque me queda claro que no a quienes participan en ellos ni a las llamadas “víctimas”, y de ser así, por favor pido que alguien me explique con hechos y argumentos de peso.

Asimismo y, suponiendo sin conceder que en efecto estas acciones ciudadanas sirvieran en verdad de algo, también me pregunto: ¿Quién marchará o hará un paro nacional por los feminicidios de Chihuahua y el Estado de México? ¿Por los gasolinazos? ¿Por el desempleo? ¿Por los habitantes de la calle? ¿Por todos los muertos de las fosas a quienes nadie extrañan y para los que nadie exije justicia? ¿Por los discriminados? ¿Por los ejecutados de Tlatlaya? ¿Por las mujeres violadas y/o golpeadas? ¿Por el castigo a los sacerdotes pederastas? ¿Dónde están las movilizaciones para exigir mejores instalaciones y equipamientos adecuados para la enseñanza? ¿Dónde la organización social para evitar el incremento al transporte o los productos de la canasta básica? ¿Cuándo tomaremos las instalaciones del IMSS o del ISSSTE para exigir una buena atención? ¿Dónde está la comunidad artística marchando y protestando por los recortes millonarios a la cultura? ¿Dónde los miles de estudiantes exigiendo que el gobierno invierta más en el sector educativo? ¿Dónde la marcha para pedir que se invierta más en mínimos de bienestar social y menos en el combate al narcotráfico..? ¿Dónde están los “estudiantes” que organizan los paros y las movilizaciones en las instituciones educativas cuando se trata de luchar por cosas pequeñas donde no hay reflectores ni medios de comunicación ni ganancia política? Me gustaría conocer sus trayectorias como estudiantes, sus filiaciones políticas y sus expectativas reales acerca de lo que hacen. Siéntase en libertad quien esto lee de agregar todas las interrogantes que le vengan a la mente asociadas con la falta de organización social.

Somos en muchos aspectos una sociedad de borregos e hipócritas. Candiles de la calle y oscuridad de la casa;  víctimas de nuestras propias acciones y solapamientos, pues ya sea por complicidad o por omisión somos todos responsables directos o indirectos de la corrupción, la indiferencia ante el dolor ajeno, los abusos que cometen las autoridades y los excesos en los que incurren los políticos; del machismo recalcitrante que aquí impera, de la discriminación por raza, nacionalidad, creencias o preferencias sexuales… Sí, de una u otra forma todos formamos parte de lo mismo que repudiamos y criticamos.


¿Quieres hacer algo bueno por este país y cambiar la realidad actual por una donde no haya necesidad de realizar marchas, paros y movilizaciones por ningún motivo? Educa bien a tus hijos para que sean respetuosos. Practica la tolerancia. Dedícate a estudiar y a hacer tus tareas en vez de procrastinar. Haz tu trabajo con profesionalismo. Lee más y ve menos tele. Haz algo por alguien a diario. Utiliza tu criterio y deja de creer y repetir lo que dicen otros que sí lo utilizan. Cede el asiento a alguien que lo necesite en el transporte.  Deja de tirar basura en la calle. Critica pero también propón. Ayuda más en tu casa. Deja de meterte en lo que no te importa y atiende y resuelve lo que sí. Deja de dar “mordidas”. Se congruente en lo privado y en lo público… ¿Quieres justicia? Comienza tú por ser justo en tus actividades diarias. Esa es una mejor manera de cambiar el mundo.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Salvador.
    La mejor manera de cambiar es empezando por uno mismo.
    Una de las principales responsabilidades como padres es inculcarle valores a nuestros hijos y no hay excusa para ello. Quien es responsable de su propia persona, sabrá hacerlo sin necesidad de segundos o terceros. Dar como herencia esos dones que nos brinda la vida y que poco a poco se can extinguiendo como brasas en el fuego.
    Gracias por su texto que lamentablemente es la realidad de nuestro hermoso país mágico y enriquecedor.
    Y como dice mi amiga Cristina Pacheco..."Aquí nos tocó vivir".
    Saludos y un abrazo cordial.
    Syl

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  2. Es un deleite leerte, Salvador. Una clase de todo cada que te leo. Saludos, mi estimado maestro.

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  3. Actuar en consecuencia...vaya que es titanica Tarea!. De acuerdo con tus argumentos yo no soy nadie*, mas que lo que construyo yo para mi misma y con conciencia de que cada acto propio repercute en alguien más. Saludos. S C. Karina Moreno

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